
Me he topado gente que se ha sentido defraudada por esta afirmación. Otros se han enojado. Otros no me han creído, se ríen y dicen que en cuanto llego a mi cuarto y me encuentro solo empieza el rechinadero de dientes.
Lo que pasa es que no saben lo que me ha costado llegar a este punto. Alcanzar esta serenidad. Reconocerla. Re-imaginarla, concebirla. Sí, cuesta mucho después de una ruptura distinguir la necesidad de ponerse uno de su propio lado, no en contra. Yo no voy a recapitular aquí todo lo que cuesta poder decir lo que estoy diciendo, pero sé que hay gente que me entiende perfectamente.
No es en menosprecio de los que se acercan y se dicen aptos para iniciar algo con uno. Tampoco digo que nunca más me apetecerá compartir una idea de vida común. Por el momento no veo la necesidad de hacer nada en conjunto con nadie y eso me parece bueno: he dejado de pensar que debo estar con alguien y simplemente es una hermosa posibilidad más en la vida.
No saben qué alivio me produce.
1 comentario:
Es verdad que con la educaion que nos da nuestra familia y la sociedad en general, a mucha gente les cuesta comprender que una persona pueda sentirse contenta estando sola. Pero la verdad es que pienso que demasiadas personas se equivocan al pensar que otra persona les pueda traer la felicidad. Es verdad que los demas nos pueden hacer felices por momentos o que nos pueden herir y hacernos llorar, pero la verdad es que cada uno deberia conseguir la felicidad y la paz para consigo antes de entrar en una relacion. De esta forma podra traer algo mas fuerte a todas sus relaciones.
Publicar un comentario