Ya acabé mi tesis de maestría en Semiótica y Comunicación, lo cual todavía no me hace un maestro en nada pero sí demuestra el interés que tiene el asunto de la interpretadera de imágenes para mí. Releí mis conclusiones y me gustan: son modestas, bien medidas y creo que por eso, fiables. En pocas palabras digo que mi trabajo es sólo una entrada al tema de la interpretación sensible de las imágenes, pero que aún así es innovadora. Hasta Barthes le dio la vuelta yéndose por otro lado.
Hacía varios días que ya había acabado, pero no estaba satisfecho. Llamé a mi mamá, le di instucciones de una precisión apabullante (de esas cosas excéntricas que me hacen tener fama de energúmeno del orden): en el cajón tal del mueble tal, hay una carpeta negra, luego una roja, luego una blanca, y en la de abajo, al final del trabajo escrito a máquina hay varios anuncios de revista. Por favor saca el que dice "hay dos cosas que una mujer no puede evitar: llorar y comprar zapatos...", y que mis hermanos me lo escaneen, urgente porfis.
Varias noches roí el anuncio. Traté de entrarle por el color, por el ritmo, por el contraste, por la sensaciones que despierta, por los lugares comunes. No daba con la esencia. ¡Era como que mis ochenta páginas no dijeran nada, los conceptos, todos los libros que tuve que leer pa' nada servían! Mi análisis lo podía hacer caulquier niño de primaria (lo cual es cierto, pero justamente yo tenía que recobrar esa capacidad sensible que estoy denunciando)...
Finalmente, una carta del mexicanísimo juego de la Lotería me ayudó. ¡La sirena!
¡Lotería: si el anuncio de Palacio de Hierro no resulta asfixiante para el lector (todo lo contrario), es porque el personaje está dotado de varias personalidades, entre otras la de la diva cantante... Y... ¿qué es una Sirena, sino una cantante que desde el fondo marino canta para atraer sus víctimas masculinas...? ¡Por efecto de un arquetipo el cuerpo neutraliza cualquier reacción de rechazo o angustia!
Mi síntesis en francés fue más bonita, aquí se las dejo para los que quieran leerla.
La caractérisation du personnage (femme-diva-sirène-victime-princesse) tel que le montre notre synthèse sensible, intéresse l’émetteur dans le sens d’investir le nom du magazine de toutes ces connotations.

Le moment de l’expérience promis se centre ainsi sur une promesse d’identification pleine entre la femme, avec ses qualités mondaines et mythologiques mais avec son côté ombreux-tragique aussi, et le magasin El Palacio de Hierro, centre où ce type de femme se donne rendez-vous sans crainte : tant pour pleurer que pour acheter des chaussures.
Nota: el famoso anuncio obviamente es de Ana María Olabuenaga, una verdadera maga que hace confluir muchísimos elementos con una gran economía visual.